lunes, 12 de marzo de 2018

2016-2018 Orden e irregularidad en dos números con comportamiento normal: la constante de Champernowne y el número π

MIGUEL GONZÁLEZ CUENCA - Matemáticas

El desarrollo decimal de ciertos números irracionales presenta una irregularidad tal que, aunque sus cifras puedan ser obtenidas mediante un algoritmo y no sean, por tanto, algorítmicamente aleatorios, no se encuentra una estructura aparente en las cadenas obtenidas de él. Esto sugiere que, en ciertos casos y mediante cadenas adecuadas, puedan ser utilizados exitosamente como generadores de números pseudoaleatorios. Para que el desarrollo decimal de un irracional presente esta complejidad ha de mostrar, como condición necesaria, una frecuencia de aparición (en el límite) uniforme a sus dígitos, lo que se conoce como normalidad. Sin embargo, en ciertos números normales se puede apreciar fácilmente una estructura en las secuencias finitas de su desarrollo decimal que comienzan en el origen. En otro caso, como es el del número π, del que se conjetura que cumple la condición de normalidad, puesto que su desarrollo decimal se comporta muy irregularmente, se ha encontrado una regularidad muy sutil que podría indicar una bajada en su complejidad.

A la derecha se muestran dos series temporales de las secuencias obtenidas a partir del desarrollo decimal de la constante de Champernowne (arriba) y el número π (abajo) en sus primeros 100 decimales. Podemos apreciar cómo los valores se mantienen con unas pautas estables de oscilación alrededor de un valor constante, lo que sugiere que ambos son procesos estacionarios. A pesar de esto, las series muestran gran diferencia. Mientras que en el caso de la obtenida a partir del desarrollo decimal de la constante de Champernowne se aprecia una estructura anidada altamente incompatible con haber sido generada aleatoriamente, en la obtenida mediante el desarrollo decimal de π no hay forma de probar que la secuencia es incompatible con haber sido generada aleatoriamente.

En la gráfica inferior se muestra la desviación entre el número de primos en la reorganización de 788.888.889 decimales de π y el número de primos en el promedio de los números aleatorios (azul) junto con su desviación típica positiva y negativa (naranja y amarillo). Podemos apreciar la influencia de la irregularidad de esta cadena en esta desviación, ya que siempre se mantiene cerca de los valores típicos. A pesar de los cambios bruscos, la desviación se mantiene dentro de la anchura de la distribución, dando la impresión de poder llegar a estabilizarse un poco por encima del cero.

Con las reorganizaciones de π y de C construímos dos espirales destacando sus primos en blanco, la espiral de la reorganización de C, que equivale a la conocida espiral de Ulam, y la espiral de la reorganización del desarrollo decimal de π (en el fondo). En la espiral obtenida a partir del desarrollo decimal de π no se aprecia ninguna estructura, aunque sí puede distinguirse una mayor densidad de puntos blancos en el centro, ya que en el centro los elementos de esta espiral tienen menor número de dígitos y por lo tanto, una mayor probabilidad de ser primo. Esta espiral muestra que los primos se distribuyen uniformemente en posiciones dadas por polinomios de segundo grado, ya que las filas, columnas y diagonales están dadas por una familia de polinomios de segundo grado.


A diferencia de lo que ocurre con la constante de Champernowne (0,1234567891011) y de la cadena extraída de él, se ha visto que la complejidad del desarrollo decimal de π se refleja en el número de primos en la cadena obtenida reorganizando sus decimales, que será similar al promedio de primos en cadenas generadas mediante números aleatorios. Además, en el límite, éstos se distribuirán homogéneamente en posiciones dadas por progresiones aritméticas y por ciertos polinomios de segundo grado.

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